Tras un par de temas, los Black Keys presentaban mediante "Run right back" su último disco, publicado en 2011, "El Camino". La batería del Sr. Carney retumbaba hasta hacer latir al corazón más perezoso, mientras que Dan Auerbach nos transportaba con sus punteos a otro mundo, haciéndonos olvidar el agotamiento que acarrea un Miércoles. Tras sonar los primeros acordes de "Gold on the Ceiling, comenzaron los saltos, los gritos y el darlo todo en la pista. Gracias a "Girl is on my mind" nos recuperamos del subidón anterior y este ritmo más lento perduró hasta "Little Black Submarines."
"Attack & Release" fue otra de las publicaciones a las que recurrieron frecuentemente, destacando "Strange Times", sin embargo la mayoría de las canciones de la segunda mitad del concierto pertenecían a "Brothers": "Sinister Kid", "Ten cent pistol", "She's long gone" y uno de los clásicos, "Tighten up". Para terminar, se marcaron uno de los temas más bailados de la noche, pues no podía faltar en el setlist "Lonely boy".
Una bola de espejos dotó al escenario de un espíritu setentero, algo acorde con el atuendo del cantante, del cual me gustaría destacar una camisa negra de cowboy, con flecos incluídos que sólo apta para estrellas del rock. "Vamos a tocar un par de temas más" anunciaba Dan, parco en palabras, mientras miles de luces se reflejaban por dorquier, indicando que nos esperaba "Everlasting light". Y para cerrar, eligieron esa canción que yo estaba deseando desde el primer momento y que se hizo de rogar, "I got mine."
Correcto. Un directo impecable. Sin embargo, para los 45 euracos que costaba la entrada de pista he de admitir que me esperaba un poco más de Rock&Roll. Por otro lado, me sorprendió gratamente el despliegue audiovisual que nos permitió a los más bajitos disfrutar de las vistas. Esperemos que no tengan que pasar otros 8 años para que The Black Keys vuelvan a nuestro país, les esperamos encantados.
Saludos!!
@patyisinthemood
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